Los otoños siempre me trasladaron a estampas de nostalgia. La caída de las hojas se asemeja a mi alma muchas veces. Para esta caída "The fall" he elegido este vestido de LAGA, en tonos visón y marrón. Es un vestido de gasa muy vaporoso y con mucha caída por eso también el título de mi nueva entrada.En verano me lo ponía con sandalias y le imprimía al outfit un tono muy neo hippie. Ahora con la caída de las hojas el oufit se vuelve más otoñal con este sombrero que me compré en París en diciembre de 1997 y este chaleco de Cortefiel del pasado invierno. Como en este outfit predominan los tonos marrones decidí romper la gama cromática apostando por el azul marino. Con otro color quedaría más insulso. La clave muchas veces está en acertar con los tonos. Aquí estoy en uno de mis paseos por Córdoba, soñando con los remolinos del viento entre las hojas. Espero que os guste.
Y va pasando el tiempo cuando el alma de Ellita cada vez más cansada se debate entre sombras. Eran sombras donde ella sonreía plenamente cuando no estaba sola. Nunca se olvidan los afectos. Pueden que huyan, se escondan, se replieguen a la ignorancia, pero en nuestra esencia no es fácil desprenderse de ellos. Los afectos no se esfuman, no desaparecen, no parece fácil crearlos y luego destruirlos. A veces no tienen más remedio y sólo cambian de forma y yacen en las profundidades de nuestro ser. Nadie se olvida jamás de lo que tiene que ver con las emociones, con los sentimientos, con los afectos. Y ahora quería Ellita apartarse de esos recuerdos atados a su pulso. Ahora le hacían daño pero era tan difícil matar su alma niña, su alma de princesa de cuento donde un feliz caballero volvería a por ella. Después de este silencio, de tantos días de ausencia habría que dibujar retazos de otros sueños. El sueño de tantos días y noches arrasando de lágrimas sus pupilas, cansadas de ausencia, le hacía daño cuando miraba a su alrededor y comprobaba entonces que estaba sola, que seguía sola y nadie vendría a buscarla.Pero es que ese sueño estaba íntimamente ligado a su afecto y Ellita era consciente de que en el buscador de sonrisas tampoco se habían esfumado los afectos. Esa quizás era la clave. Por eso estaba lejos para cortar el hilo de las emociones, de los sentimientos que en Él despertó Ellita, casi sin quererlo. Ellita estaba ahora como las hojas de los árboles, su alma se perdía en el paisaje y sus ojos soñaban sin querer sueños que a nada le llevaban. Pensaba así que entonces un día sería feliz y se perdía pensando. Pero al fin qué importaba si solo estaba sola y tantas veces había derramado su alma en el buscador de sonrisas y se había vaciado en sus manos cuando Él la abrazaba tímidamente perdido en abstracciones. No podía ayudarla. No podía ayudarla.
1.Vestido/Dress: LAGA 2. Chaleco/Wool vest: Cortefiel
3. Fajín/Sash: Uterqüe 4. Botines/ Boots: Sfera
5. Sombrero/Hat: Mercadillo París 1997
6. Cluth: El Caballo
7. Maquillaje: M.A.C. COsmetics ( Barra de labios: So chaud)
8. Complementos/ Accesories: Carolina Olivares
Fotografía: Margarita Castro
Me encanta este look de aire tan bohemio, un besito
ResponderEliminarUn conjunto bellísimo de verdad, sin duda alguna.
ResponderEliminarUn cálido saludo de Federico, Sierra Castro.