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8.3.12

Nude + Denim

El color nude sigue llenando las pasarelas. Esta primavera abre toda la paleta cromática de los colores empolvados tan candentes esta temporada. Los colores vivos se atenúan, el verde, el naranja, el rosa aparecen en la gama cromática de los pasteles. Todo un dulce irresistible en los escaparates de Zara, Mango, Bimba& Lola,Uterqüe. El nude que remite a lo desnudo es un color íntimo, que se pierde y se funde en nuestra piel. Para lucirlo es mejor acompañarlo de un tono bronceado o también puedes optar por utilizar un color de labios vivo que rompa con la palidez del tono. A veces es un color casi insípido, pero lo cierto es que  ni a blusas, ni a blazers, ni a shorts, ni a camisetas se ha resistido. Combinado con el negro, con el azul o con el denim oscuro es todo un acierto.  


1. Camiseta/T-shirt: ZARA   2. Pantalón/Pants:ZARA
3. Blazer:ZARA  4.Cinturón/ Belt: H&M
5. Zapatos: Uterqüe  6.Gafas/Sunglasses:Cortefiel 
7. Pendientes/ Pending: Uterqüe
8. Maquillaje: M.A.C. COsmetics (barra de labios: Amplified Impassioned)
FOTOGRAFÍA: MARA RUIZ

Nacho Artacho - Miénteme un poquito


¿Por qué vuelan los aviones? Por Nacho Artacho y Sierra Castro
Reflexiones de mi amigo Nacho Artacho, gran poeta y cantautor y sobre todo gran persona.
Y dice así:

Nunca he entendido por qué vuelan los aviones. Lo explican -estoy seguro- infinidad de fórmulas y algoritmos. Lo demuestran las aglomeraciones de pasajeros en los aeropuertos, los restos de queroseno en las capas altas de la atmósfera y los beneficios en bolsa de las compañías. Sin embargo, cada vez que uno de ellos levanta al cielo la panza, sigo abriendo la boca como si acabase de ser testigo de un ejercicio de prestidigitación. Nunca entendí tampoco qué quería decir el gigantesco Comerrocas de "La historia interminable" cuando les contaba a sus compañeros de huida que había visto la nada. "¿Cómo puede haber visto la nada?", interrumpía a mi padre: "si es nada, no se ve". Y mi lógica de niño trataba de imaginar aquel vacío, pero el vacío ya era algo. O pensaba en la oscuridad absoluta del que cierra los ojos en la noche, pero la negrura ya es algo: es negrura. Del mismo modo, a estas alturas tampoco he llegado a entender qué ocurre con los amores que fueron todo y ya no son. El hombre, capaz a un tiempo del pan y de la nueve milímetros parabellum, los levanta cuidadoso al principio; apuntala las vigas, encala los balcones, se esmera en las cortinas apropiadas; y un día, como si de una falla se tratase, los ofrece en sacrificio a vete tú a saber qué dioses caprichosos. De ellos quedan durante un tiempo las ruinas y la punzada en el estómago al visitarlas: "ahí estuvo la salita", dirán; "en aquel rincón se escondía a fumar tu padre". Pero los años no saben de sentimentalismos, y si son capaces de llevarse por delante pirámides y religiones, cuánto más no harán con cuatro besos. Me divierte imaginar que, dentro de algunos milenios, planetas más presentables que el nuestro organicen expediciones arqueológicas a esta tierra. Quién sabe si algún despistado encontrará entonces, confundido con los restos de un router, lo que una vez fue una novela de García Márquez. Al abrirla, descubrirá en su primera página la dedicatoria a una mujer. La leerá con una expresión de estupidez considerable. La misma cara de estúpido con que yo veo volar los aviones.
Reflexión acerca del vuelo de los aviones y otros menesteres.
5/6 de marzo -2012
Dice mi amigo Nacho que  nunca ha entendido por qué vuelan los aviones.
No sabría contestarle con exactitud,  eso es lo cierto. Pero ese avión deja a su paso otros interrogantes.  De la misma manera que un avión cruza el cielo, al tiempo va dejando una estela blanca y luminosa. Tú la ves cerca. Desde pequeña la mirabas con ingenuidad, como el trazo impreciso que hace un niño en un dibujo. Tú la ves. Está cerca. Acabas de contemplar lo mágico del vuelo del avión. Parece que pudieras tocarla. Es casi bella, parece toda de algodón, como diría Juan Ramón de su Platero. Entre el azul intenso del cielo, luce radiante de un blanco casi ignoto. Quieres alzar los brazos para  experimentar la sensación de un tacto mágico. ¿Por qué no? ¿Por qué no cogerte a ella? Igual que los aviones vuelan ¿por qué no volar nosotros?  Así puedes agarrarte fuerte,  asir la estela blanca con dos manos y balancearte para coger impulso. Y como una trapecista, comienzas a piruetear sobre ella.  Allá, abstraída en tus piruetas,  el movimiento en ese espacio es tan intenso  que pierdes perspectiva de lo que pasa ahí abajo, olvidas las palabras malditas que encierran la negrura. No porque estén escritas con una pluma negra, ni siquiera están escritas, pero al pronunciarse te dejaron sin luz aniquilando todo halo de esperanza de volver a viajar y elevarte como ese avión que a veces vemos y siempre cruza cuando menos lo esperas. Realmente no sabrías muy bien definir el color de las palabras –dichas y desdichas- con exactitud, sólo que esas palabras te habían dejado ciega en pleno mediodía.  Eso es también oscuridad ¿no? Pero no importa. Ya te has elevado, estás prendida a la estela del avión que pasó.
 Lo mismo ocurre con los enamoramientos.  De repente, no sabes muy bien por qué, ocurre algo: alguien cruza como los aviones, en la inmensidad del cielo cruza, cuando menos los esperas, el cruce de un avión por tus ojos siempre es sorpresivo, no sabes cuándo pasa, ni el día no la hora. Tiene que ser que tú pasees bajo su cielo esté mirando arriba. Porque  lo evidente y claro es que  no avisa y deja a tus ojos una estela que irremediablemente persigues. ¿Quién no mira la estela de un avión  y llega a su mirada cierta magia? Sí, es lo mismo  con los enamoramientos: alguien deja en tu cielo un surco insondable que provoca que te lances al vacío, que te adentres en el cielo y pierdas la perspectiva.  Tú no quieres bajar de ese aleteo etéreo, bello e intenso. Pero ha pasado el tiempo. Ya ni si quiera ves el avión  allá a lo lejos. ¿Hacia qué tiempo? ¿Hacia qué lugar se encamina? La estela empieza a flaquear y solo estás prendida a ella de una mano. Los pensamientos se arremolinan en un torbellino y preguntas incesantemente por qué…¿ por qué desaparece? Y cada vez más débil, apenas dice nada,  te está dejando sola. Te has quedado colgada y sientes que te caes al vacíoooooooooooooooooooooo.
-Nooooooooooo-gritas. Ahora ya conoces la negrura o algo que se parece mucho a eso. Y aunque ya la conoces, entiendes que es muy tarde para quedarte sola  y darte sola. ¿Para qué darte sola al improperio de sentir que algo bello es destruido por un  agente externo?
Parece que en la belleza siempre reside la fragilidad.  La belleza es frágil en esencia. Y lo frágil está abocado a sufrir duros golpes porque no todo el mundo sabe qué hacer con la belleza cuando está entre sus manos.  A veces, la belleza es algo que no valoras en esencia, no quieres valorarla, porque ni siquiera te sientes merecedor de ella o sientes que puedes destruirla con solo mirarla. Ahí reside el miedo que alquila tu alma a una renta muy alta y se aloja en ella indefinidamente. Y lo que fue belleza, parece que de pronto se convierte en ruinas. Te sientes incapaz  de levantarte,  de edificar aquello que te hizo vivir. No mires hacia abajo, nada queda. Ya nada queda.  Mira hacia arriba…Y de pronto un avión cruza el cielo rajando la pupila de una nube.  No puede detenerse. Continúa su rumbo con una trayectoria definida y marcada. No hay otras rutas que lo encaucen a un distinto aeropuerto con  distintos paisajes. La torre de control no permite estos cambios. Se hubieran desatado las alertas. Se hubieran desestabilizado los niveles.  Hay agentes externos, factores atmosféricos que nublan el paisaje. No puede desviarse del trayecto en su vuelo “Distancia con  destino al olvido”. Así que nuestro avión desaparece pero dejó una estela que arañó el horizonte. Es un rasguño, un arañazo apenas. Como tu alma ahora, arañada por la estela luminosa que te hizo elevarte. Y ahora escuece la herida. 
Has bajado de golpe  y sabes que los ángeles que estuvieron contigo en la subida no han querido salvarte. No hay ángeles que esperen. Subieron al avión y se marcharon. Allá, allá arriba te has quedado sin cielo, sin oxígeno, sin ángel. Has bajado de golpe. Ha  sido peligrosa esa caída y te has quedado sola preguntándote ¿por qué cojones vuelan los aviones? ¿Por qué dejan su estela?
Ahora  sólo quedan ruinas y una estela deshecha. Podrías haberte quedado al menos con el motopropulsor  para seguir volando. Pero ya nada queda. Nada encuentras en ti. Solo miras al cielo mientras quizás esperas un F21, para  empezar la guerra que es la vida, o un B52 que se apiade de ti y te lance de arriba el único alimento  para seguir soñando: el amor, pese a todo.
                                                                                   Sierra Castro

6 comentarios:

  1. A mi el nude me gusta un monton!estoy de sorteo en el blog por si quieres pasarte, besos

    www.caprichosdearmario.com

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  2. El nude es el básico por excelencia, para mi, por encima del negro.
    Estás muy guapa, me encanta la foto del coche en la que te estás pintando, un besazo.

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  3. Gracias María, siempre es un placer recibir tus comentarios. Besitos

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  4. Love this look, it's casual but chic!
    New post on my blog!
    XOXO
    Ylenia

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  5. Muy guapa!! Y el video principal me encanta!!! ;)

    Nuevo diseño de pestañas/menú en mi blog, seguro que te gusta!!;)

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    …1Kiss!*

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  6. Un outfit perfecto! me ha encantado tu pintalabios, te queda genial!!!

    Besos
    Anna

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Muchas gracias por vuestros comentarios que me animan a seguir.
Gracias por estar ;)