


Pero Ellita no quería alejarse de ella. Ella cada vez más cansada quería reafirmarse y vislumbrar nuevos horizontes. Había muerto Ellita tantas veces en los últimos meses que a ella apenas le quedaba aliento para inyectarle una dosis de felicidad ilusoria. Y Ellita arrinconada, con el pecho sangrando y metida en su cueva, lloraba amargamente preguntándole al cielo por qué la tristeza la había castigado y le había dejado con un corazón de cristal. Sus aristas cortaban y ella entre sollozos se sentía tan insignificante en ese mundo absurdo, en ese universo que apenas había dejado en pie el movimiento sísmico. Ellita seguía esperando que él apareciera y le devolviera su sonrisa de antaño. Ella, sufría tanto como Ellita y no podía volar ni rasgar el cielo para escapar de ese mar de soledad inmensa...
Jersey: Cortefiel
Falda: ZARA
Botín: Sfera
Bolso: Furla
Gafas: Cortefiel
Reloj: Swatch
Complementos: Carolina Olivares
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